ChatGPT cumple un año en medio de una trama de película, la que incluye salida y regreso de CEO

Este jueves, ChatGPT, el popular chatbot de Inteligencia Artificial (IA) desarrollado por la startup estadounidense OpenAI, cumplirá su primer aniversario.

El chatbot se ha instalado como el referente de la IA generativa, un tipo de inteligencia artificial capaz de generar nuevo contenido a partir de otro existente, en este caso, texto. Su irrupción significó que por primera vez cualquier persona podía interactuar con esta tecnología haciendo uso del lenguaje natural, sin necesidad de saber programación.

Su debut, apenas hace un año, ha gatillado un sinfín de eventos, lanzamientos y multimillonarias inversiones que tienen copada la agenda tecnológica global. “El impacto que ha tenido ha sido enorme”, dijo el director del Centro Nacional de Inteligencia Artificial (Cenia), Álvaro Soto.

También ha roto algunos récords. A dos meses de su lanzamiento alcanzó unos 100 millones de usuarios mensuales, estableciendo una nueva marca para la base de más rápido crecimiento. Y a principios de noviembre, se dio a conocer que ya era utilizado por 100 millones de usuarios semanales y por el 92% de las empresas del Fortune 500 de Forbes.

Soto, comentó que ChatGPT le ha dado una masificación a lo que se venía haciendo en IA (...) y “la capacidad cognitiva que demuestra la interacción, además ha aumentado mucho la percepción de la sociedad acerca del impacto de estas tecnologías”.

Desde su aparición, el chatbot ha recibido constantes mejoras. Actualmente, su versión de pago, es de esencia multimodal, es decir, tiene la capacidad de analizar texto e imágenes.

Respecto de un posible nuevo modelo, Soto dijo que es “esperable” que siga aumentando su capacidad, tenga menos alucinaciones (errores), adquiera capacidades de razonamiento y amplíe su base de aprendizaje.

Por ahora, y proyectando su desarrollo futuro, OpenAI está planificando una venta de acciones para alcanzar una valorización de US$ 86 mil millones, justo en medio de rumores de que el equipo de investigadores habría logrado una innovación que les permitiría desarrollar modelos de IA mucho más potentes. Según la agencia Reuters, se trataría de Q*, un avance para llegar a la IA general (IAG), un sistema de IA más inteligente que los humanos.

¿Cumpleaños feliz?

El primer aniversario de ChatGPT llega en medio de una verdadera batahola en su empresa creadora. Hace apenas dos semanas los titulares de los medios de comunicación informaban el despido de Sam Altman, CEO de OpenAI por la junta de directores.

En un sorpresivo comunicado que la startup publicó en X (ex Twitter), los directores aludieron a la “pérdida de confianza” en el derrocado CEO -cofundador de OpenAI en 2015- quien “no fue consistentemente sincero en sus comunicaciones”.

De ahí en adelante todo fue un caos que duró cinco días con el aterrizaje de Altman en la multinacional Microsoft, su regreso a OpenAI, fortalecido, una investigación interna y un nuevo directorio, del cual aún no hay confirmación.

Pero el camino fue duro. En una carta firmada por más de 700 empleados de OpenAI (casi el total de 770) los trabajadores amenazaron con dejar la empresa y unirse a Altman en su nuevo proyecto en Microsoft si este no era reincorporado.

Tras las fuertes presiones del frente interno y externo, los directores cedieron y lo reincorporaron. En las oficinas de la empresa en San Francisco, los empleados celebraron su regreso con pollo, champán y té boba hasta bien entrada la noche, reportó The New York Times.

Preguntas por resolver

Pese a que la saga parece haber tenido un final feliz, una serie de preguntas quedan abiertas en torno a OpenAI.

Una de las más importantes, según los especialistas, es lo que pasará con la estructura de gobernanza de la firma. Esto, debido a que OpenAI está estructurada por un brazo de organización sin fines de lucro y otro con fines de lucro, pensado para equilibrar el desarrollo seguro de la IA y obtener réditos económicos y que sentó las bases para el despido de Altman.

Otra interrogante es la nueva etapa en la relación entre OpenAI y Microsoft, cuyas inversiones por más de US$ 10 mil millones en la startup le han permitido llevar adelante sus investigaciones. La tecnológica liderada por Satya Nadella no tenía un puesto en el directorio, lo que podría ser motivo para exigir un cupo para evitar situaciones como la salida de Altman.

El impacto que tendrá este episodio en la industria de la IA es otro punto que mantendrá atentos a inversionistas y actores del ecosistema, aún más considerando que hasta comienzos de octubre la inversiones en IA superaban los US$ 55 mil millones, según datos de PitchBook.